
Le envío la infografía que reproduzco a una amiga. Me dice que le parece muy interesante.
A mí lo que me parece es que es muy perturbador.
Se deduce de esos datos que la mano de obra apenas se queda con una pizca del valor de su trabajo.
Por contra, el grueso del valor se lo apropian las marcas, es decir, los dueños del capital productivo.
También se deduce que en nuestro sistema, no apreciamos realmente las cosas, sino más bien todo aquello se nos dice sobre las cosas.
No nos importa la camiseta sino más bien el logo que lleva la camiseta.