
Anteayer titulé un post con un lema en forma de tricolon o hendriatis: Zan, Zendegi, Azadi…
Alguien me ha preguntado qué significa exactamente. Yo pensé que resultaría obvio a partir de la lectura del texto.
Significa, en farsi, Mujer, Vida, Libertad, y es el lema utilizado por la revuelta feminista en Iran contra el despotismo misógino de sus actuales gobernantes. Es el lema que ahora también se está viendo en pancartas en los estadios de Catar.
Lo curioso es que esas tres palabras del idioma de los persas tienen un origen etimológico común.
Y aún es más curioso que ese origen etimológico entronque también con nuestro propio idioma (y con otros idiomas europeos). Gens una sumus.
La clave de bóveda es la raíz protoindoeuropea “genh”, con el significado de “nacido”, o más específicamente “nacido en nuestra tribu”.
Esa raíz protoindoeuropea es a la que se remontan, en última instancia, palabras españolas como genético, género o génesis (y muchas más).
Contando con esa raíz, podríamos comenzar por zan, el primer término del tricolon, que significa mujer en el idioma de los persas, y tiene como ancestro la raíz mencionada . De hecho, zan también es un verbo con el significado de nacer.
Lógico. Mujer es la que hace posible el nacimiento.
Por su parte, zendegi, que significa vida en farsi, es, tal como se puede intuir, es palabra también relacionada con zan, nacimiento.
Lógico también. Vida es lo que surge cuando tiene lugar el nacimiento…
Por cierto, es muy interesante constatar esta vinculación que hace el espíritu de las lenguas entre la noción de mujer y la de vida. Baste mencionar que también se da la misma vinculación en hebreo, pues la palabra hebrea “havah” significa “respirar”, “vivir”, “dar vida”. Y a su vez, ese “havah” es el que origina el nombre bíblico helenizado de la mujer primigenia, es decir, de Eva.
Nos queda azadi, con el significado de “libertad” en farsi. Y aquí de nuevo encontramos la misma convergencia.
Porque el trasfondo etimológico del azadi persa es “nobleza”, “buen nacimiento”. Resulta que en el mundo persa la idea de “buena cuna” estaba vinculada a la de libertad, tal vez porque en el pasado, tristemente, la situación del hombre anónimo o extranjero por defecto era o acabaría siendo la esclavitud, y solo los bien nacidos, los de “nuestra familia” o “nuestra tribu”, podían tener derecho a que los considerásemos libres…por nacimiento. Y, una vez más, esto no solo es privativo de los persas, por supuesto. Se da en otros muchos idiomas. Por ejemplo, en ruso, libertad es свобода (esbovoda) que originariamente (y etimológicamente) significaba «lo nuestro», «lo que poseemos», «lo que nos es propio», «aquello o aquel que pertenece a nuestra comunidad o a nuestro clan».
Por supuesto, azadi –libertad–también está relacionado con las otras dos palabras–mujer y vida–, pues, de hecho, azadi es simplemente el participio del verbo farsi zan, nacer.
Así que el tricolon que me sirvió ayer de titular es también, en realidad, un pleonasmo.
Lo cual se puede decir de una manera menos pedante, más lírica y más cierta.
Se puede afirmar que, como nos enseña el alma profunda de las palabras, decir mujer es decir vida, y decir vida es decir libertad.