
Tras la enésima visita de los niños de la zona, reclamando caramelos, le digo a Marta que hoy me apetece escribir sobre ese nuevo ritual infantil que es el “truco o trato”.
–¿Qué vas a decir al respecto, no será otra vez uno de tus rollos sobre la actualidad sociopolítica?
–La verdad es que el asunto del «truco o trato» bien podría dar pie a una reflexión sobre la política que sufrimos, porque parece ahora que todo va de un juego interminable de sucios trucos y feos tratos…Pero, no temas, nada de política. Esta oscura tarde del 31 de Octubre me gustaría escribir mas bien, y con la excusa de lo del “truco o trato”, sobre el problema de la traducción de idiomas.
–¿Ah, sí? ¿En qué sentido?
–Pues en que lo de “truco o trato” es un ejemplo de lo difícil que es traducir. En realidad, en cierto modo, proclamo que toda traducción es un imposible.
–Vamos a ver, Truco o trato no es mas que la obvia traducción del inglés “trick or treat”…¿Te parece errónea? ¿Y por qué tienes que sacarle punta a todo?
-Totalmente errónea. Y es algo que epitomiza el problema de la traducción.
Para empezar, el “Trick” importado del Halloween anglosajón debería entenderse, en este contexto, como la amenaza de gastar una broma más o menos pesada. Nada de «trucos».
Trick viene del bajo latín tricare, con el significado entrelazar, especialmente de barajar los naipes (y hacerlo posiblemente haciendo trampa), como cuando se entrelazan los pelos del cabello (ya sabes que trija es pelo en griego). Este verbo se relaciona con nuestro bonito adjetivo «inextricable» que viene a calificar algo que es tan complicado que no se puede desenredar.
–Sí. ¿Y?
Pues que el campo semántico del trick inglés es amplio, ya que incluye no solo la idea de broma sino la de engaño o incluso ventaja, una triple acepción que no se da completamente en nuestro truco, que precisamente carece de esa idea de broma más o menos pesada. Esa idea, y no otra es la que cuenta en esta dichosa movida infantil de Halloween. Traducir «trick» por «truco» es un desastre.
En cuanto a la palabra inglesa “treat”, se trata de un vocablo que proviene en última instancia, y a través del francés, del latín “tractare”, que tenía el sentido de tratar, tocar, manipular, preparar algo material o inmaterial.
Tal vez, originalmente en latín, tractare significaba estirar, en referencia al trabajo de amasar el pan. El hecho es que de aquel tractare latino se derivan muchas palabras romances, desde las trattorie (los restaurantes italianos) hasta los tratos o negociaciones de los mercaderes, pasando por los tratamientos que aplican los galenos. Ahora bien, en inglés, treat también ha adquirido (al parecer desde 1650) el significado de detalle amigable, cortesía o atención especial hacia alguien, tal vez como un derivado de la idea de negociación o trato (hay aún más acepciones; por ejemplo en Shakespeare, trick es un rasgo facial agradable). Obviamente, es ese sentido de agasajo que tiene el “treat”inglés el que no tenemos en español, siendo así que es justamente el que se relaciona con el “trick or treat.» No se puede traducir en este contexto treat como trato. Es un disparate.
–¿Y cómo traducirías tú «trick or treat», si puede saberse?
Como, “broma o premio”, o algo así. Pero yo no acabo de ver una alternativa correcta.
–Tal vez no la haya.
Exacto. Y tal vez Derrida tenía razón al señalar que cuando Dios condenó al mundo a sufrir una multiplicidad de lenguas por el atrevimiento de haber intentado crear una puerta hacia él (Bab-Ylu), también lo condenó a soportar la imposibilidad/necesidad de toda traducción.
Escribiendo esto, y tentado de seguir escribiendo sobre Benjamin, la intraductibilidad y otras cosas muy serias, pongo punto final a este post, porque llaman de nuevo a nuestra puerta para amenazarnos con una bromita si no les damos el oportuno premio.
Como se descuiden les suelto lo de Derrida y Benjamin.