
Esta mañana los periódicos hablan de las «represalias» que tomará la Unión Europea como respuesta a las nuevas barreras arancelarias del gobierno USA.
Represalia es una interesante palabra que explica bien el origen de los conflictos bélicos, que no parece ser otro que la propiedad de las cosas.
El término nos remite al lenguaje bélico de las legiones romanas, reprehensalia.
Con esa palabra, los romanos se referían al acto de recuperar, en el frente de batalla, lo que el enemigo había tomado: una ciudad, una cota, un botín…El termino latino es muy obvio en este sentido ya que se deriva de «prehendere», coger, prender una cosa, hacer presa de algo, con el prefijo reiterativo re.
Así que las represalias no son una manifestación de venganza, sino simplemente un intento de recuperar la propiedad de algo.
Y, teniendo en cuenta que la mayoría de los conflictos bélicos no son sino un encadenamiento de represalias, esto nos hace reflexionar sobre el papel clave de la propiedad en todo conflicto militar.
Así que la misma idea de propiedad que para muchos historiadores es la clave del progreso de la civilización, lleva también en su interior la maldición de la destrucción bélica.
Pero ¿acaso no hay guerras en la historia ocasionadas por la ideología, la religión o la raza?
Seguro. Pero tal vez la ideología, la religión o la raza han sido siempre tan solo la cobertura para justificar lo que en última instancia no es sino un conjunto de…represalias.