Represalias.

Esta mañana los periódicos hablan de las «represalias» que tomará la Unión Europea como respuesta a las nuevas barreras arancelarias del gobierno USA. 

Represalia es una interesante palabra que explica bien el origen de los conflictos bélicos, que no parece ser otro que la propiedad de las cosas. 

El término nos remite al lenguaje bélico de las legiones romanas, reprehensalia.

Con esa palabra, los romanos se referían al acto de recuperar, en el frente de batalla, lo que el enemigo había tomado: una ciudad, una cota, un botín…El termino latino es muy obvio en este sentido ya que se deriva de «prehendere», coger, prender una cosa, hacer presa de algo, con el prefijo reiterativo re.

Así que las represalias no son una manifestación de venganza, sino simplemente un intento de recuperar la propiedad de algo. 

Y, teniendo en cuenta que la mayoría de los conflictos bélicos no son sino un encadenamiento de represalias, esto nos hace reflexionar sobre el papel  clave de la propiedad en todo conflicto militar. 

Así que la misma idea de propiedad que para muchos historiadores es la clave del progreso de la civilización, lleva también en su interior la maldición de la destrucción bélica. 

Pero ¿acaso no hay guerras en la historia ocasionadas por la ideología, la religión o la raza?

Seguro. Pero tal vez la ideología, la religión o la raza han sido siempre tan solo la cobertura para justificar lo que en última instancia no es sino un conjunto de…represalias. 

Nadie es profeta en su tierra.

Mercedes me dice que escribo demasiado y demasiado a menudo sobre «temas religiosos», historia sagrada, biblia y todo eso…»

Puede ser. Es evidente que para las nuevas generaciones lo que podríamos llamar cultura «cristiana» no tiene ya el mismo protagonismo que antaño. No se si esto es bueno o no. Pero lo que si es cierto es que toda nuestra cultura (y nuestra forma de pensar) sigue estando profundamente influida por la tradición cristiana y sus componentes.

Mercedes me lo discute. Así que le planteo un desafío. Le digo que le voy a mencionar un conjunto de lugares comunes lingüísticos (que no son sino el trasunto de nuestros lugares comunes mentales) y que ella solo tiene que decirme cuál de esos lugares comunes no proviene directamente de los evangelios canónicos cristianos. He aquí mi lista.

Muchos los llamados y pocos los elegidos. Reconocer el árbol por sus frutos. Un ciego guiando a otro ciego. Poner los cimientos en arena. Dar al César lo que es del César. Verlo para creerlo. Predicar en el desierto. A buen entendedor…Haz lo que dicen, no lo que hacen. ¡Hombre de poca fé! Separar el grano de la cizaña. Poner la otra mejilla. El beso de Judas. Cada día tiene su afán. Lavarse las manos. La ley está hecha para el hombre y no el hombre para la ley. Llorar como una Madalena. Quien no está con nosotros está contra nosotros. Quien tenga oídos que oiga. Arrojar la primera piedra. Los últimos serán los primeros. Sacudirse el polvo de los zapatos. La sal de la tierra. Sepulcros blanqueados. ¡Vade retro! La verdad os hará libres (deformado por los nazis sustituyendo verdad por «trabajo»). La voz que clama en el desierto.Sembrar cizaña. El que a hierro mata…No se puede servir a dos amos. Que los muertos entierren a sus muertos. Pan bendito. Arrojar perlas (no margaritas, por favor) a los puercos. Quien se eleva será humillado, quien se humilla será elevado…

Y seguro que me dejo bastantes más lugares comunes que solo se entienden bien si se conoce su contexto en los evangelios.

No veo a Mercedes muy convencida con mi perorata en favor del mejor conocimiento de la llamada Historia Sagrada.

Pero es que nadie es profeta en su tierra. 

Lo que también es un lugar común de los evangelios, claro.

Insurrección.

La consigna es desobedecer. Desobedecer el orden institucional a cualquier precio.

Buena parte de la población ha decidido que hay que rechazar y perseguir a la casta de los jueces injustos que solo están al servicio de la opresión sobre el pueblo.

Los líderes populares de la revuelta proclaman que ha llegado el momento de organizar la subversión general del pueblo contra el poder ilegítimo, y contra un rey castellano cuya autoridad no se ha de reconocer.

Estoy hablando de la famosa rebelión que iniciaron los reyes contra los jueces y las leyes, en la Inglaterra de 1381, también conocida como revuelta de Wat Tyler o Gran Levantamiento; una insurrección de villanos y campesinos cuyas causas y consecuencias estaría bien que se conociesen mejor.

Y no he dicho ninguna inexactitud cuando me he referido al rey de Castilla, porque esas masas populares inglesas, en esencia, se levantaron contra Juan de Gante, el virtual regente de Inglaterra durante el primer período del reinado de Ricardo II, quien subió al trono con solo 10 años. Y ocurre que el «opresor» Juan de Gante, Duque de Lancaster, firmaba como Rey de Castilla y León (por su matrimonio con Constanza, la hija del Pedro el Cruel) cosa que producía una enorme desconfianza en la población inglesa.

Premios

Hay que desconfiar un tanto de los grandes premios, ya se trate del Nobel (Kissinguer recibió el de la Paz y Echegaray el de Literatura) o de los Oscars. Si nos fijamos en el cine, tal vez nos sorprenderá caer en la cuenta de que que las mejores películas que recordamos no fueron premiadas por la Academia de Hollywood: Espartaco, Minority Report, Jurassic Park, Apocalypse Now, La Naranja Mecánica, 2001 Odisea en el Espacio, Lolita, Gran Torino, Manhattan, Oficial y Caballero, Blade Runner, Vértigo, Psycho o Toy Story. y seguro que me estoy dejando unas cuantas.

Was is ein Tertuliano?

Hablo con un buen amigo alemán, de visita en España, y le mencionó el curioso fenómeno local de nuestros tertulianos radiofónicos. «Was ist ein Tertuliano?», me pregunta. Muy sencillo: un tertuliano es alguien que no teniendo nada que decir, va y lo dice.

Ojo por ojo.

Gandhi, cuyo aniversario festejamos, decía que si la ley del Talión, esto es, el ojo por el ojo, fuese seguida por todo el mundo, conseguiríamos que todo el mundo acabase ciego.

Esto es uno de los muchos errores de Gandhi, tal vez un personaje algo sobrevalorado. “Ojo por ojo», especialmente en el tiempo en que se enunció esa ley, es una medida civilizada y ponderada, muy alejada de la barbarie vengativa.

Y no hay razones para pensar que el principio de reciprocidad genere esa especie de reacción en cadena de la que hablaba el Mahatma, quien por otro lado, más allá de sus méritos, no dejó de decir insensateces a lo largo de toda su vida, como por ejemplo, defender la sociedad de castas, creer en la superioridad de la raza aria/indostánica, o renegar continuamente de la civilización occidental y de la ciencia médica y sus avances. Proponía curar la diabetes con hierbas.

Enigma.

¿Por qué Dios consiente que le pasen cosas malas a la gente buena? Nunca lo sabremos. Tal vez Él está demasiado ocupado con otras variadas cosas de importancia cósmica como para andar atendiendo a minucias como la justicia, la buena suerte o la justa recompensa por el bien realizado…O tal vez la buena gente le cae un poco mal, debido a la tendencia que tienen los probos de deslizarse hacia la autocomplacencia y la presunción.

Envidia

«No codiciarás la mujer del prójimo, ni su casa, ni su siervo, ni su buey, ni su asno, ni nada de lo que tenga tu vecino»

Este es uno de los mandamientos menos seguidos, me de la impresión. 

Toda la cultura de consumo está basada en codiciar lo que uno no tiene (y que evidentemente tiene el prójimo, generalmente el cuñado). Si se obedeciese ese mandato divino, el capitalismo como un todo implosionaría.