
Mercedes, que desde hace algún tiempo trabaja en una corporación multinacional, me pregunta qué es lo que yo realmente aprendí de mis años en ese tipo de empresas.
Poco, realmente, le digo. Y ya casi ni lo recuerdo.
Como mucho, me atrevo a decirle tres leyes que a mi juicio se aplican en todas las grandes empresas fuertemente jerarquizadas.
Primera Ley: si llevas la contraria al de arriba, te irá muy mal cuando quede claro que no tenías razón, pero mucho peor cuando quede claro que si tenías razón.
Segunda Ley: los que adulan sin fundamento a los de arriba reciben sustanciosa recompensa del adulado; pero si la adulación no tiene el menor fundamento, el adulador recibe una recompensa aún mayor.
Tercera Ley: No conviene esforzarse mucho por ser insustituible. Ser insustituible es una garantía de que no te promocionarán jamás.